sábado, 17 de marzo de 2012

El Sembrador




Juntándose una gran multitud, y los que de cada ciudad venían a él, les dijo por parábola:


El sembrador salió a sembrar su semilla; y mientras sembraba, una parte cayó junto al camino, y fue hollada, y las aves del cielo la comieron.

Otra parte cayó sobre la piedra; y nacida, se secó, porque no tenía humedad.

Otra parte cayó entre espinos, y los espinos que nacieron juntamente con ella, la ahogaron.

Y otra parte cayó en buena tierra, y nació y llevó fruto a ciento por uno. Hablando estas cosas, decía a gran voz: El que tiene oídos para oír, oiga.

Y sus discípulos le preguntaron, diciendo: ¿Qué significa esta parábola?

Y él dijo: A vosotros os es dado conocer los misterios del reino de Dios; pero a los otros por parábolas, para que viendo no vean, y oyendo no entiendan.

Esta es, pues, la parábola: La semilla es la palabra de Dios.

Y los de junto al camino son los que oyen, y luego viene el diablo y quita de su corazón la palabra, para que no crean y se salven.

Los de sobre la piedra son los que habiendo oído, reciben la palabra con gozo; pero éstos no tienen raíces; creen por algún tiempo, y en el tiempo de la prueba se apartan.

La que cayó entre espinos, éstos son los que oyen, pero yéndose, son ahogados por los afanes y las riquezas y los placeres de la vida, y no llevan fruto.

Mas la que cayó en buena tierra, éstos son los que con corazón bueno y recto retienen la palabra oída, y dan fruto con perseverancia.
 
Lucas 8:4-15

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