lunes, 14 de mayo de 2012

Los proverbios de Salomón, hijo de David, rey de Israel (Proverbio 1)


Los proverbios de Salomón, hijo de David, rey de Israel.


Para entender sabiduría y doctrina,

Para conocer razones prudentes,

Para recibir el consejo de prudencia, Justicia, juicio y equidad;

Para dar sagacidad a los simples, Y a los jóvenes inteligencia y cordura.


Oirá el sabio, y aumentará el saber, Y el entendido adquirirá consejo,

Para entender proverbio y declaración, Palabras de sabios, y sus dichos profundos.


El principio de la sabiduría es el temor de Jehová;

Los insensatos desprecian la sabiduría y la enseñanza.


Oye,hijo mío, la instrucción de tu padre,  Y no desprecies la dirección de tu madre;

Porque adorno de gracia serán a tu cabeza, Y collares a tu cuello.


Hijo mío, si los pecadores te quisieren engañar, No consientas.


Si dijeren: Ven con nosotros; Pongamos asechanzas para derramar sangre,

Acechemos sin motivo al inocente; Los tragaremos vivos como el Seol,

Y enteros, como los que caen en un abismo;

Hallaremos riquezas de toda clase, Llenaremos nuestras casas de despojos;

Echa tu suerte entre nosotros;

Tengamos todos una bolsa,

Hijo mío, no andes en camino con ellos.


Aparta tu pie de sus veredas, Porque sus pies corren hacia el mal,

Y van presurosos a derramar sangre.


Porque en vano se tenderá la red Ante los ojos de toda ave;

Pero ellos a su propia sangre ponen asechanzas, Y a sus almas tienden lazo.


Tales son las sendas de todo el que es dado a la codicia, La cual quita la vida de sus poseedores.


La sabiduría clama en las calles, Alza su voz en las plazas; Clama en los principales lugares de reunión;

En las entradas de las puertas de la ciudad dice sus razones.


¿Hasta cuándo, oh simples, amaréis la simpleza, Y los burladores desearán el burlar,

Y los insensatos aborrecerán la ciencia?

Volveos a mi reprensión;

He aquí yo derramaré mi espíritu sobre vosotros, Y os haré saber mis palabras.


Por cuanto llamé, y no quisisteis oír, Extendí mi mano, y no hubo quien atendiese,

Sino que desechasteis todo consejo mío Y mi reprensión no quisisteis,

También yo me reiré en vuestra calamidad, Y me burlaré cuando os viniere lo que teméis;

Cuando viniere como una destrucción lo que teméis, Y vuestra calamidad llegare como un torbellino;

Cuando sobre vosotros viniere tribulación y angustia.


Entonces me llamarán, y no responderé; Me buscarán de mañana, y no me hallarán.

Por cuanto aborrecieron la sabiduría, Y no escogieron el temor de Jehová,

Ni quisieron mi consejo, Y menospreciaron toda reprensión mía,

Comerán del fruto de su camino, Y serán hastiados de sus propios consejos.


Porque el desvío de los ignorantes los matará, Y la prosperidad de los necios los echará a perder;

Mas el que me oyere, habitará confiadamente Y vivirá tranquilo, sin temor del mal.

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